Nuevas formas de trabajar dejan obsoletos espacios y decoración arquitectónica.
Ya no se habla de oficina de despacho, de sala de reuniones, de estudios, los cambios tecnológicos obligan a una reelaboración de espacios y estructuras en edificios.
Los primero en reestructurar los espacios de trabajo fueron, precisamente los que diseñaron nuevas herramientas donde desenvolverse en para esos nuevos trabajos, Microsoft o Apple, Pixar, Google, empresas líderes en alentar la informalidad, y un ambiente que permita la interacción, sin la invasión y sobre todo el ahorro del transporte.
El desarrollo de buenas ideas, tanto de negocio, como ya estaba demostrado en el arte, va de la mano de espacios eclécticos, que ofrezcan la posibilidad del contacto sin la intervención de lo formal.
Otro aspecto de las oficinas del futuro es el cambio de visión respecto a relacionar el espacio con las jerarquías, el modelo vertical, ha quedado obsoleto, y la integración de recursos gana espacios para la ganancia de un concepto de equipos de trabajo.
Otros aspectos es la integración de medios tecnológicos, como la computadora y el arsenal completo, redes Wi Fi, inalámbricas y con buena recepción, que implica una arquitectura que tenga en cuenta la contaminación visual, la invisibilidad de cables, de entradas a artefactos eléctricos y sobre todo con suficiente energía y potencia para todo el personal, en cada una de sus particulares necesidades.
En la oficina del futuro, se espera que no haya muebles de escritorio, sino salas de reunión, con juegos y ambiente compartidos con pantallas donde al personal le resulte igualmente cómodo encontrarse de un lado de la red, mediante una video conferencia, como del otro, en la sala de trabajo.
Desde tu casa, desde el bar, desde la casa de un amigo, a través de la computadora, se podrá compartir horas de trabajo y hábitos diarios, sin que se haga necesario transportarse.
Los muebles, antes ampulosos y parte importante de la imagen, cambiarán por muebles donde se pueda acomodar el cuerpo en posturas tan cómodas como las pantuflas en los pies, además de esas mismas pantuflas por debajo de la computadora que se harán invisibles.
Ni cables, ni muebles inútiles, serán cuestiones de la nueva decoración, muebles cómodos y pequeños, equipos visuales compartidos con televisor, música, móviles, Notebooks, tablets y cualquier otro método que dispare ideas y estimule el trabajo personal.
Las salas de reunión servirán para formación, cursos, hasta para alojar personal del extranjero como invitados, pero las reuniones serán en un medio virtual, con gente cómoda y en espacios geográficos indistintos.
La oficina del futuro, será la vivienda, espacio de relax, de entretenimiento y sobre todo de familia, que es una de las consecuencias más beneficiosas.